domingo, 29 de octubre de 2017

UNO



UNO es, valga la redundancia, uno de esos juegos acerca de los que no tendrías que tener ni siquiera actividad cerebral mientras estés en presencia de algún amigo que esté pinzado de la cabeza, sea muy volátil y/o tenga mal perder. La simple mezcla de azar y estrategia con un set de reglas tan sencillas que se cogen casi instantáneamente hacen una jugabilidad adictiva y divertidísima en el que todo el mundo puede ganar (casi siempre de forma injusta pero graciosa) no importa lo bien o mal que se le dé el juego; y que lo convierten todo en una combinación ganadora.

La mecánica, si no la conoces, es muy simple: hay que quedarse sin cartas, el primero en descartarse de todo gana. Solo puedes descartarte de una carta si es del mismo color o del mismo número que la última en el montón de descarte, a excepción de las cartas de cambio de color, que se pueden descartar siempre y obligan a los jugadores a cambiar al color que tu elijas. Además tienes cartas especiales, como cambio de dirección, forzar robo al oponente y saltar turno. Si no puedes hacer nada robas carta y si el jugador anterior a ti repite el mismo número que la carta del montón te salta el turno. Como ya he dicho; super yupi y mega simple.



No es de extrañar que en cualquier contexto en el que se tenga un rato muerto siempre haya una probabilidad de que salga algún iluminado y extraiga de sus pertenencias una baraja de UNO.
Y supongo que esto también se puede expandir al ámbito corporativo, en el que un montón ejecutivos trajeados en una sala de reuniones no tiene ni idea de qué sacar al mercado, y mientras algunos de ellos se está pegando cabezazos contra la mesa porque sus financias disminuirán un 0,32% esa semana si no se les ocurre nada de aquí al jueves; aparece el iluminado con la baraja de UNO y se echa unas partidas con los compañeros cuyo alma aún no ha sido completamente devorada por el espectro de Wall Street. Poco después, los demás levantan la mirada y gritan eureka mientras sus pupilas se convierten símbolos del dólar.

Toda esta alegoría al dinero tiene un por qué, querido lector... y es que UNO es el juego arcade más vendido en Xbox 360 de todos los tiempos, con lo cual hizo muy feliz a alguien. Y como ya he dicho; es simple, adictivo y divertido; de forma que quien lo quiere no tiene dudas en comprárselo, sabe a lo que va y sabe lo que le va a rentar. Ademas el juego en si trae varios temas de cartas y tres modos de juego a los que se puede jugar solo contra la máquina o en multijugador online con hasta cuatro personas: el tradicional, el dos a dos; en el que hay que aliarse con el compañero de al lado; y el modo personalizado, en el que puedes cambiar las reglas. Todo muy adecuado. Eso sí, no hay modo multijugador local porque que te miren las cartas es tentativa de asesinato en catorce estados y eso no se puede evitar con una sola pantalla.

Luego si que tiene un par de cosillas que como consumidor te tocan un poco las narices (como cualquier cosa hoy día), y es que se ha caído también aquí en la práctica de los micropagos y DLCs por un juego cuyo precio ya de por si, está hinchado... (la actual versión son diez eurazos, WTF??) Pero si no te importa rascarte el bolsillo por un arcade que vas a amortizar seguro, adelante; UNO bien lo vale.



Adjunto gameplay porque ninguna review está completa sin él. No que lo necesites ni nada, persona inteligente que lee este blog. Guapetón(a?).



Así que en el mundo en conclusión... Pros y contras todo son:
Lo mejor:
> Divertido, simple y directo
> Arcade, nunca te acabarás de aburrir de él

Lo peor:
> Micropagos
> Precio muy alto

viernes, 20 de octubre de 2017

HyperLight Drifter y el PixelArt


En el mundo hay dos clases de personas: aquellas que preferimos el fondo sobre la forma, y aquellos que no tienen ni puñetera idea de la vida. Exagero, por supuesto, pero considero que es una forma más inteligente y elegante de transmitir ideas... por ejemplo: mientras que Vicente Aleixandre puede llenar párrafos y párrafos hablando de cómo una mujer le ha dejado comiéndose los mocos y esto le pone triste, Quevedo ha insultado a todos tus ancestros con solo comentar el tamaño de tu nariz.

Todo esto tiene que ver con el juego, lo juro, no cierres aún el blog, porfi. Ejem! Bueno... ¿ves el monstruo de la imagen de arriba? ¿Está guapo, eh? ¿De qué crees que está hecho?
La respuesta es que no importa. Lo único que sabemos de ese bicho es que es una masa irregular y negra con un Ojo del Mal y que quiere tu culo por motivos nada alegres. Es ese misterio de no saber exactamente qué narices es, lo que lo hace interesante y siniestro. Si estuviese hecho de, digamos alquitrán, sería un monstruo más escatológico que misterioso, y probablemente los devs lo hubiesen hecho débil al fuego, o algún mamoneo así, retirando ya cualquier sensación de peligro del pobre bicho. La falta de detalles juega a su favor.

Eso es, a mi parecer, lo que viene siendo el buen pixelArt. Una forma de representación esquemática; sencilla y elegante, que transmite más de lo que dice y que deja a tu mente margen para la interpretación.



En cuanto esto lo traducimos a HyperLight Drifter, obtenemos un juego que tal vez sea demasiado bonito para su propio bien. Me explico: el juego es difícil, injusto incluso. No tiene ninguna timidez al soltarte más enemigos de los que puedes manejar, los jefes son auténticas esponjas de daño, las trampas muy severas, tu vida muy limitada, la cámara confusa en ocasiones y, lo peor de todo, los controles algo obtusos.
Algunas de estas características son intencionadas para añadir al desafío (al fin y al cabo, se trata de un Souls-Like, de jugabilidad hack&slash inspirada en la saga Souls, solo que sin mecánicas de castigo), pero otras son inexcusables, y es una pena por el potencial desperdiciado y la cantidad de frustración que puedes llegar a vivir si, como yo, eres un casual y muerdes el polvo. Todo esto se amontona sobre unos gráficos tan mega-preciosos que estás más ocupado admirándolos que matando al señor que te está disparando a la nalga izquierda.



En cuanto a narrativa, tenemos una historia de un aguerrido viajero en un mundo postapocalíptico que se ve afligido por una misteriosa plaga que le causa visiones, paranoia y desmayos. En su desesperación seguirá sus visiones, que le llevarán a buscar antiguas sellos tecnológicos.
La banda sonora hace un buen trabajo de remarcar la ambientación y el misterio y que le da un toque tecno-funk a la obra; pero en general, narrativa y música no son aspectos muy destacables del juego.



Pero bueno, la pregunta del millón. ¿Recomiendo este juego? Pues me lo he pasado tres veces y siendo sincero, hay pocas cosas que encuentre más satisfactorias que superar grandes adversidades y limpiar una habitación llena de enemigos que me superan en 20 a 1. Desde luego, no es para todo el mundo, pero aquellos que disfruten de exploración, mazmorras y combate frenético y encarnizado con espada y pistola; deberían al menos probarlo.
Aquí dejo trailer, para que deleites tus baby blues:



Y para terminar... ¡Síntesis de ideas!
Lo mejor:
> Diseño visual asombroso
> Desafío brutal y satisfactorio
> Variedad de habilidades y armas
> Exploración y secretos

Lo peor:
> Picos de dificultad frustrantes
> Batallas contra jefes algo tediosas
> Controles que no responden bien

domingo, 15 de octubre de 2017

Katamari


Antes de empezar quiero dejar claro una cosa: No soy ni weeaboo, ni otaku, ni tribu urbana friki-japonesa. Prefiero las cosas cuanto más cercanas a mi cultura y lo más libres posible de tentáculos hentai. Dicho esto, también cabe aclarar que al César lo que es del César; cuando algo japonés es bueno, se le reconoce el mérito; aunque esté rodeado de ese aura de absurdo supremo tan característico del pueblo nipón.
Y es que ese aura es algo que solo los japoneses saben producir. Es algo suyo. Inherente a su cultura. A veces funciona, otras veces... bueno, digamos que el momento en el que el soldado tonto se hace popó en mitad de un tiroteo en Metal Gear Solid 4 no es la mejor aportación cómica jamás hecha.
Pero hoy vamos a tratar de uno de esos casos en los que funciona.


Katamari es un juego en el que el Rey cósmico-amanerado del Universo les da la tarea a sus príncipes inexplicablemente demasiado diminutos para ser sus hijos de crear nuevos astros para el cosmos. Pero tranqui, la fumada no ha hecho más que empezar. ¿Cómo crean estos nuevos astros? Simple: El Rey les da una pelota mágica que pega los objetos de tamaño similar a los que toca y les obliga a rodarla atrapando objetos sin cesar hasta que a él le sale de las narices, de modo que empiezas con una pelota de la altura de medio lápiz que se traga material de oficina, y terminas... qué se yo... HACIENDO DESAPARECER CIUDADES Y CONTINENTES DE LA MALDITA FAZ DE LA TIERRA.
Este pipiolo es el Rey. Ahora entiendes por qué lo de amanerado, ¿no?

Como lo lees, es tan extrañamente bizarro que solo a un japonés se le podría haber ocurrido. Y es divertido. Diversión en cantidades industriales. Ver a el típico calvo de anime siendo arrastrado por una pelota gigante hecha con los contenidos de su propia casa mientras grita y mueve sus brazos con estupor nunca pierde su encanto. Además luego lo recuerdas con cariño cuando te llevas por delante su coche, su bloque de apartamentos y el tren que le lleva al trabajo.

Pero recordemos que esto se trata de un juego japonés y que, como tal, disfrutarlo al completo requiere horas de grindeo y desafíos tontos antes de poder desatar el completo potencial del juego y tragarte planetas, galaxias y al mismo Rey Cósmico. Lo cual tiene sentido, dado que de no ser así el juego habría tenido apenas tres horas de contenido. Sorprendentemente, Katamari se compone de cantidad de juegos en pasadas generaciones. Yo personalmente, tuve la fortuna (o la desfachatez) de jugar al de PSP, que me pareció ideal para una portátil: algo a lo que puedes dedicar un rato sin ser una verdadera sesión gaming, divertido y que requiere cero compromiso. Aquí dejo un trailer, para que mancilles tú también tu mente con el absurdo de este juego.


Y ya así para acabar: Cosas que molan vs. Cosas que no
Lo mejor:
> Divertido y súper yupi
> Simple y directo
> Adorablemente absurdo
> Absurdamente Satisfactorio

Lo peor:
> Repetitivo
> Desbloqueables con cuentagotas. Tienes que ponerte un buen rato antes de conseguir jugar a los modos a gran escala

domingo, 8 de octubre de 2017

Bloodborne


Bloodborne es el videojuego rpg-hack&slash que responde de forma definitiva a la vieja pregunta "¿Quién ganaría en una pelea: hombres-lobo o vampiros?" Cthulhu. Cthulhu gana. O los Grandes Antiguos, para el que esté metido en lore lovecraftiano.
Si, es cierto; en Bloodborne cuando la epidemia de bestias que no son para nada hombres-lobo azota Yharnam, los cazadores con armas trucadas y cuyas habilidades son potenciadas con sangre y que para nada son vampiros, son enviados a hacer su versión semanal de La Purga, manipulados por un dios que vive en una pesadilla y que está en perpetua guerra con el resto de dioses; todo esto mientras nuestro protagonista va explorando el mundo de la vigilia y las pesadillas que estos dioses oscuros manifiestan. Y eso es lo más cercano a una sinopsis que puedes sacar de Bloodborne, dado que sigue la fórmula que caracteriza a la saga Souls en la que la historia se cuenta no contándola, sino lanzando un montón de incógnitas al aire y dejando que el jugador una las piezas por sí mismo. Pese a mi tono sarcástico, la saga Soulsborne es mi favorita de todos las tiempos por su desafío endiablado, perfecta ambientación y atención al detalle y sutil epicidad; y de todos ellos (cinco actualmente) Bloodborne bien podría sentarse en la cima por su combate frenético, exploración cuidadosa e innovador diseño.



Recuerdo cómo Bloodborne salió casi a la par con The Evil Within, y cómo el segundo me entraba la risa solo de verlo por su concepto de "terror" donde tu personaje es un viajero en el tiempo, que si muere simplemente reaparece en el último checkpoint y cómo la tensión y el misterio se desvanecen ante esta mecánica. Bloodborne trata el terror de una forma diferente. No solo con jumpscares o personajes con un diseño escatológico y grotesco (que también). La tensión se crea cuando el jugador está falto de recursos (balas, curación y objetos consumibles), lleva un rato explorando, tiene un buen número acumulado de ecos de sangre (la moneda del juego, que se usa para comprar objetos y subir de nivel), el siguiente santuario seguro no aparece y literalmente cualquier cosa con ganas de convertir tus entrañas en un festín puede estar a la vuelta de la esquina, listo para hacer que pierdas todo lo que tienes.
Bloodborne además deja que aprendas a temer a tus enemigos, no porque una cinemática establezca que son muy malos malosos, sino porque te han pillado una vez y te han dejado el culo abierto. Pregúntale a cualquier jugón de Bloodborne por las mujeres-cerebro y su estrés postraumático se encenderá tan fuerte que hasta tú podrás experimentar sus flashbacks.
Por último, Bloodborne, en su temática de horror cósmico, tiene una mecánica llamada "Lucidez" que representa la capacidad de tu personaje de ver a través de la pesadilla y abrir su mente a las horribles verdades del mundo. Cuantos más puntos de lucidez acumules, peores cosas vas a ver. Observándote. Y no hay forma de huir de ellas. Por otro lado, a menos lucidez, menor riesgo de sufrir demencia, un estado que de activarse reduce la salud a un 10% del total y que ciertos enemigos pueden inducir.

Pero los enemigos y mecánicas de castigo son solo una parte. Bloodborne posee uno de los mundos mejor diseñados que jamás se hayan inscrito en un blue-ray. Con lugares oscuros llenos de recovecos con cosas horribles acechando en ellos, secretos y un apartado sonoro que pone los pelos de punta y que, en mi humilde opinión musical, transmite a la perfección la naturaleza pesadillesca de la historia. Solo escucha el tema principal.



Para acabar, no se puede hablar de la saga Soulsborne sin hablar de sus jefes y aquí es donde se introdujeron por primera vez los combates por fases, donde al reducirle la vida hasta cierto punto, el enemigo en cuestión se verá más frustrado y encabronado, desbloqueando una nueva serie de ataques y movimientos que harán la pelea más encarnizada. Como ejemplo perfecto de esta mecánica tenemos el trailer de lanzamiento, donde se ve al Padre Gascoigne, mi jefe favorito de toda la historia del mundo mundial. Especial atención a la música.


Así que, para cerrar ya... Pros y contras!
Lo mejor:
> Amplia personalización
> Apartado artístico magistral
> Jugabilidad ágil y frenética
> Mundo extenso e intrincado, con mucha exploración vertical
> Mazmorras generadas aleatoriamente
> El juego no te coge de la mano en ningún momento, tus victorias son ganadas y merecidas
> El DLC es una expansión como Dios manda, no un pack de chorradas de colores por 12 pavos

Lo peor:
> Tiempos de carga insultantemente largos, aumentando la frustración al morir
> El juego apenas da una frase de explicación por cada una de sus mecánicas, haciendo una vez más que sea frustrante y confuso para recién llegados
> Algunos enemigos te pueden matar de un toque, lo cual siempre causa mareas de rabia
> En ocasiones te ves obligado a farmear balas y curación
> Es exclusivo para PlayStation 4, y ningún juego es digno de desembolsar 400 € por un PC castrado más la suscripción de 50 anuales a PS+ si quieres probar la funcionalidad online.

domingo, 1 de octubre de 2017

Star Wars: Battlefront 2


En un mundo en el que los videojuegos basados en películas son siempre de la misma calidad que un trozo de materia fecal pinchado en un palo, George Lucas decidió que si se desarrollaban tropecientos juegos sobre su franquicia, en algún punto alguno sería bueno. Y tenía razón.
Hoy en día tenemos una selección de juegos clásicos de Star Wars en un espectro tan variado que va desde "turbomierder" a "magnum opus" y, aunque me encantaría hablar de KOTOR 2 y de cómo Kreia es el mejor personaje femenino jamás escrito, a nadie le importan los desvaríos de un friki y para ello vamos a tratar algo mucho más importante: cosas que hacen pum-pum-catapum.

En el centro del espectro antes mencionado se sienta Battlefront 2, que es lo máximo que puedes hacer con la parte "Wars" de Star Wars.
Es simple y efectivo: te pones en la piel de un Johnny cualquiera que está luchando en esa guerra y cuya existencia es completamente desechable, te proporcionan un montón de munición de bláster y muchas cabezas; y las cosas se ponen interesantes cuando las dos cosas interceden.
Por supuesto hay más que pum-pum-catapum tradicional, el juego también añade un toque de variedad con vehículos, torretas, batallas espaciales e incluso héroes de las películas con poderes especiales.
 Bam. Review hecha, vamos a almorzar.


¿Qué dices Skippy? ¿Que Electronic Arts va a sacar otro Battlefront 2?
¿Cómo Skippy? ¿Que explique por qué el viejo es mejor?
¿Y que haga hincapié en por qué los frikis como yo prefieren antes el viejo?
Oh Skippy, alguien va a terminar en la olla.

Es cierto, Battlefront 2 es un juego de 2005 que fue reverenciado (y que es hasta hoy día) tanto por fans acérrimos como por audiencias casuales por su ingeniosa mezcla de juego arcade, juego de tiros y plataforma multijugador; con modos de juego como conquista galáctica, acción instantánea, una campaña bastante decente, fans con severo autismo y misantropía como un servidor podían jugar desde casa sin tener que soportar esa irritante compañía humana que suele pulular en los servidores de cualquier juego multijugador (maldito seas xXx_SniperRichald_xXx), cosa de la que el nuevo carece porque un juego que requiere estar online siempre es más difícil de piratear y ningún listillo va a quitarle su dinero a los ingeniosos devs de EA, donde las secuelas tienen MENOS contenido que sus predecesoras. Dios bendiga a esos bonachones por pensar en el bien común.

Y una ultima cosa. MODS.
A día de hoy se siguen haciendo mods para Battlefront 2. Algunos de una calidad sublime, hechos con un cariño y una atención al detalle abrumadores.
Fáciles de instalar, miles de ellos en internet y que le alargan la vida al juego hasta cantidades cósmicamente absurdas. Por supuesto, solo en PC.
Pero tú vas a jugarlo en PC, porque eres listo.

Así para abreviar:
Lo mejor:
> Acción sin límites en el universo Star Wars
> Banda sonora de John Williams
> Variedad de clases, unidades, armas y vehículos
> Jugabilidad sencilla e intuitiva, muy fácil de coger
> No es de EA
> Taun-Tauns
> Wookies
> MODS

Lo peor:
> Es viejuno y se nota, el apartado gráfico es mejorable incluso para la época
> La IA tiene severo retraso, lo cual te saca de la experiencia en ocasiones
> Misiles-pedo. En serio, las explosiones en este juego dan risa.
> Algunas armas no corresponden con cómo son representadas en las películas con el fin de que han sido equilibradas para el juego online, no es realmente algo malo, pero si eres como yo y te molesta, instala mods. Es más instala mods aunque no te moleste.