UNO es, valga la redundancia, uno de esos juegos acerca de los que no tendrías que tener ni siquiera actividad cerebral mientras estés en presencia de algún amigo que esté pinzado de la cabeza, sea muy volátil y/o tenga mal perder. La simple mezcla de azar y estrategia con un set de reglas tan sencillas que se cogen casi instantáneamente hacen una jugabilidad adictiva y divertidísima en el que todo el mundo puede ganar (casi siempre de forma injusta pero graciosa) no importa lo bien o mal que se le dé el juego; y que lo convierten todo en una combinación ganadora.
La mecánica, si no la conoces, es muy simple: hay que quedarse sin cartas, el primero en descartarse de todo gana. Solo puedes descartarte de una carta si es del mismo color o del mismo número que la última en el montón de descarte, a excepción de las cartas de cambio de color, que se pueden descartar siempre y obligan a los jugadores a cambiar al color que tu elijas. Además tienes cartas especiales, como cambio de dirección, forzar robo al oponente y saltar turno. Si no puedes hacer nada robas carta y si el jugador anterior a ti repite el mismo número que la carta del montón te salta el turno. Como ya he dicho; super yupi y mega simple.
No es de extrañar que en cualquier contexto en el que se tenga un rato muerto siempre haya una probabilidad de que salga algún iluminado y extraiga de sus pertenencias una baraja de UNO.
Y supongo que esto también se puede expandir al ámbito corporativo, en el que un montón ejecutivos trajeados en una sala de reuniones no tiene ni idea de qué sacar al mercado, y mientras algunos de ellos se está pegando cabezazos contra la mesa porque sus financias disminuirán un 0,32% esa semana si no se les ocurre nada de aquí al jueves; aparece el iluminado con la baraja de UNO y se echa unas partidas con los compañeros cuyo alma aún no ha sido completamente devorada por el espectro de Wall Street. Poco después, los demás levantan la mirada y gritan eureka mientras sus pupilas se convierten símbolos del dólar.
Toda esta alegoría al dinero tiene un por qué, querido lector... y es que UNO es el juego arcade más vendido en Xbox 360 de todos los tiempos, con lo cual hizo muy feliz a alguien. Y como ya he dicho; es simple, adictivo y divertido; de forma que quien lo quiere no tiene dudas en comprárselo, sabe a lo que va y sabe lo que le va a rentar. Ademas el juego en si trae varios temas de cartas y tres modos de juego a los que se puede jugar solo contra la máquina o en multijugador online con hasta cuatro personas: el tradicional, el dos a dos; en el que hay que aliarse con el compañero de al lado; y el modo personalizado, en el que puedes cambiar las reglas. Todo muy adecuado. Eso sí, no hay modo multijugador local porque que te miren las cartas es tentativa de asesinato en catorce estados y eso no se puede evitar con una sola pantalla.
Luego si que tiene un par de cosillas que como consumidor te tocan un poco las narices (como cualquier cosa hoy día), y es que se ha caído también aquí en la práctica de los micropagos y DLCs por un juego cuyo precio ya de por si, está hinchado... (la actual versión son diez eurazos, WTF??) Pero si no te importa rascarte el bolsillo por un arcade que vas a amortizar seguro, adelante; UNO bien lo vale.
Adjunto gameplay porque ninguna review está completa sin él. No que lo necesites ni nada, persona inteligente que lee este blog. Guapetón(a?).
Así que en el mundo en conclusión... Pros y contras todo son:
Lo mejor:
> Divertido, simple y directo
> Arcade, nunca te acabarás de aburrir de él
Lo peor:
> Micropagos
> Precio muy alto