viernes, 20 de octubre de 2017

HyperLight Drifter y el PixelArt


En el mundo hay dos clases de personas: aquellas que preferimos el fondo sobre la forma, y aquellos que no tienen ni puñetera idea de la vida. Exagero, por supuesto, pero considero que es una forma más inteligente y elegante de transmitir ideas... por ejemplo: mientras que Vicente Aleixandre puede llenar párrafos y párrafos hablando de cómo una mujer le ha dejado comiéndose los mocos y esto le pone triste, Quevedo ha insultado a todos tus ancestros con solo comentar el tamaño de tu nariz.

Todo esto tiene que ver con el juego, lo juro, no cierres aún el blog, porfi. Ejem! Bueno... ¿ves el monstruo de la imagen de arriba? ¿Está guapo, eh? ¿De qué crees que está hecho?
La respuesta es que no importa. Lo único que sabemos de ese bicho es que es una masa irregular y negra con un Ojo del Mal y que quiere tu culo por motivos nada alegres. Es ese misterio de no saber exactamente qué narices es, lo que lo hace interesante y siniestro. Si estuviese hecho de, digamos alquitrán, sería un monstruo más escatológico que misterioso, y probablemente los devs lo hubiesen hecho débil al fuego, o algún mamoneo así, retirando ya cualquier sensación de peligro del pobre bicho. La falta de detalles juega a su favor.

Eso es, a mi parecer, lo que viene siendo el buen pixelArt. Una forma de representación esquemática; sencilla y elegante, que transmite más de lo que dice y que deja a tu mente margen para la interpretación.



En cuanto esto lo traducimos a HyperLight Drifter, obtenemos un juego que tal vez sea demasiado bonito para su propio bien. Me explico: el juego es difícil, injusto incluso. No tiene ninguna timidez al soltarte más enemigos de los que puedes manejar, los jefes son auténticas esponjas de daño, las trampas muy severas, tu vida muy limitada, la cámara confusa en ocasiones y, lo peor de todo, los controles algo obtusos.
Algunas de estas características son intencionadas para añadir al desafío (al fin y al cabo, se trata de un Souls-Like, de jugabilidad hack&slash inspirada en la saga Souls, solo que sin mecánicas de castigo), pero otras son inexcusables, y es una pena por el potencial desperdiciado y la cantidad de frustración que puedes llegar a vivir si, como yo, eres un casual y muerdes el polvo. Todo esto se amontona sobre unos gráficos tan mega-preciosos que estás más ocupado admirándolos que matando al señor que te está disparando a la nalga izquierda.



En cuanto a narrativa, tenemos una historia de un aguerrido viajero en un mundo postapocalíptico que se ve afligido por una misteriosa plaga que le causa visiones, paranoia y desmayos. En su desesperación seguirá sus visiones, que le llevarán a buscar antiguas sellos tecnológicos.
La banda sonora hace un buen trabajo de remarcar la ambientación y el misterio y que le da un toque tecno-funk a la obra; pero en general, narrativa y música no son aspectos muy destacables del juego.



Pero bueno, la pregunta del millón. ¿Recomiendo este juego? Pues me lo he pasado tres veces y siendo sincero, hay pocas cosas que encuentre más satisfactorias que superar grandes adversidades y limpiar una habitación llena de enemigos que me superan en 20 a 1. Desde luego, no es para todo el mundo, pero aquellos que disfruten de exploración, mazmorras y combate frenético y encarnizado con espada y pistola; deberían al menos probarlo.
Aquí dejo trailer, para que deleites tus baby blues:



Y para terminar... ¡Síntesis de ideas!
Lo mejor:
> Diseño visual asombroso
> Desafío brutal y satisfactorio
> Variedad de habilidades y armas
> Exploración y secretos

Lo peor:
> Picos de dificultad frustrantes
> Batallas contra jefes algo tediosas
> Controles que no responden bien

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